sábado, 31 de diciembre de 2011

20XI

Año de Arguedas, él, a quien tanto admiro al parecer quiso mostrarme en su centenario las características de sus últimas semanas, me alegra reconocer que me conoce y considera.

Año de Machu Picchu, tierra y bastión incaico, gran imperio que lo siento mío, también en su centenario de descubrimiento científico, al parecer quiso mostrarme como es quedar en el desabrigo, me entusiasma ser reconocido inca.

Entre el atolondramiento y la amonestación personal, se fueron estos días, acompañados de lluvia, bullicio y vid, pero no hay desdén ahora y el extravío nunca llegó, todo está a punto de prescribir y la característica de desmemoria que tantas desventajas y doble esfuerzo me generó ahora será la abanderada en el confín.
Año que desvaneces, no sabes cuánto te detesto, pero aún así no quiero que marches hacia tu abismo, sino que retrocedas, debí dejar un hilo para no perder el camino.
La gloria hoy acompaña al autor del Yawar Fiesta y al monumento patrimonio mundial recién bautizado como maravilla; vaya cuánta perspectiva y camino hay.